viernes, 23 de noviembre de 2012

¿Apoyo bíblico para la Depravación Total?


¿Apoyo bíblico para la Depravación Total?
de Donald Dolmus


ara mostrar que la Biblia ciertamente enseña que la depravación total es igual a la incapacidad, el calvinista cita escrituras tales como “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”(Génesis 6:5; 8:21). Otros versículos que se ofrecen como supuesta prueba de esta doctrina incluyen a Jeremías 17:9, “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso”, y Romanos 3:10-18,“No hay justo…No hay quien busque a Dios…No hay quien haga lo bueno…No hay temor de Dios delante de sus ojos”, y así sucesivamente.
 
Obviamente, sin embargo, el hecho de que los pensamientos del hombre son de continuo solamente el mal, que su corazón es perverso y engañoso, y que ni busca ni teme a Dios, no dice que sea por tantoincapaz, a menos que primero sea regenerado por Dios, de creer el Evangelio aun si es convencido de lo mismo por el Espíritu Santo. Pablo enseña otra cosa:
 
“Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados” (Romanos 6:17). Claramente, esclavos del pecado respondieron al mandato de arrepentirse y creer en Cristo y como resultado, fueron regenerados – nacidos del Espíritu de Dios en la familia de Dios y de esta forma hechos salvos.
 
Ni tampoco la declaración de que “no hay quien busque a Dios” niega que cualquier hombre, sin importar cuán depravado, pueda responder con una opción inteligente sin primero ser regenerado si Dios lo busca y lo atrae. Ni tampoco enseña la Biblia que Dios sólo busca y atrae a un “elegido” pero no a otros. En efecto, muchos pasajes afirman que bajo la atracción del Espíritu Santo el hombre pecador puede hacer una respuesta moral: “Atráeme; en pos de ti correremos” (Cantares 1:4); “Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón” (Jeremías 29:13); “Dios es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6). A todo aquel que tiene sed, sin importar cuán malo sea, se le ordena que se vuelva a Dios, sin dar nunca un indicio que esto es imposible hasta que Dios primero los regenere (Isaías 55:1-7).
 
Además, la oferta de salvación está extendida a “todos los términos de la tierra” (Isaías 45:22). Que esta oferta no es sólo para un selecto elegido está claro. La frase “a todos los sedientos” nos recuerda una de las exclamaciones de Cristo, “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba” (Juan 7:37). A todos aquellos que tienen sed se les ofrece la misma “agua viva” que Cristo ofreció a la mujer en el pozo (Juan 4:10). Y es con esta misma promesa a cualquiera que quiera que la Biblia culmina: “y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente” (Apocalipsis 22:17).
 
La universalidad de la oferta de salvación por parte de Dios es presentada repetidamente a lo largo de la Biblia; por ejemplo, “predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15); y “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16), etc. Ciertamente, “toda criatura”, “el mundo” y “todo aquel”deben incluir a todos, sin importar qué tan depravados sean.
 
Se necesitaría considerable manipulación para sostener que la oferta de salvación es extendida sólo a los elegidos o incluso que sólo los elegidos podrían responder e incluso entonces, no hasta que hayan sido soberanamente regenerados. Pablo confirma este deseo de Dios para todas las naciones cuando declara a los filósofos griegos en la Colina de Marte:
 
“El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay…de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación;  para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho” (Hechos 17:24-28).
 
¿Es realmente posible que “todo el linaje de los hombres”, y “cada uno de nosotros” y “nosotros” que Pablo menciona se referían a un elegido del cual los griegos nunca habían oído? Al contrario, Pablo claramente está incluyendo a sus oyentes y antagonistas en la Colina de Marte entre aquellos que han recibido su vida física y su existencia de Dios y que pueden buscarle y hallarle. Esto era lo que los poetas griegos a los que él se refiere habían dicho (seguramente estos filósofos no se estaban refiriendo a los elegidos), y Pablo está afirmando esa comprensión general y declarándoles la persona del Dios verdadero, un Dios que “no está lejos de cada uno de nosotros”, que manda a todos los hombres que lo busquen y a Quien todos pueden hallar. No existe ninguna indicación que la depravación y la esclavitud al pecado de alguien hacen que sea imposible creer en Cristo sin antes haber sido soberanamente regenerado.
 
Fuente: “What Love is This?”, escrito por Dave Hunt, pp. 126-128
 
Traducido por Donald Dolmus

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